
Después de un año lleno de acontecimientos y de encuentros. De oportunidades para ser testigos y acompañar a niños, adolescentes, jóvenes y mayores. De ocasiones para formarnos más y mejor, de colaborar con la Iglesia y progresar en la relación fraterna con los demás. De vivir los sacramentos con lo que suponen de gracia y de amor misericordioso de Dios. Y, sobre todo, después de un año de escucha de la Palabra y de vivir de cara al "dueño de la viña", que siempre está invitando a "ir también nosotros a su viña" (Mt 20,4), dimos gracias al Señor en la Eucaristía del
pasado día 18 de junio, y continuamos la fiesta en los patios de la Parroquia, compartiendo una copa y unas tapas, preparadas como siempre con esmero y generosidad.
Un pequeño descanso en algunas tareas pastorales y a la espera del nuevo curso que inauguramos el día 24 de septiembre con la convivencia de programación y la celebración del XI aniversario de la Dedicación del templo parroquial.