Publicada el pasado mes de junio, es importante repasar la carta que D. Amadeo, nuestro Obispo, dirige a los fieles de la diócesis de Jaén sobre la necesidad de pedir la clase de Religión:
Carta Pastoral: “No es
lo mismo que vuestros hijos estudien religión en la escuela a que no lo hagan”.
“Me apunto a Religión”.
Queridos padres, queridas familias:
Os dirijo esta carta con especial afecto a todos vosotros: padres, hijos y
demás miembros de la comunidad familiar. El motivo por el que os escribo lo
considero muy importante para la educación de vuestros hijos. Os quiero hablar
de la clase de Religión, en la que sabéis que los padres sois especialmente
responsables, aunque también vuestros hijos, llegados a cierta edad, puedan
elegir por sí mismos.
Considero que os debo animar, como vuestro Obispo, a que cumpláis con
vuestro deber de ir a los centros educativos a manifestar vuestra voluntad
explícita de que vuestros hijos e hijas sean matriculados en la asignatura de
Religión. A los chicos que ya tengáis edad de hacerlo por vosotros mismos os
recuerdo que no dejéis de hacerlo, ahora que es posible.
Seguramente, algunos os preguntéis por qué el Obispo se mete en estos temas
que son tan vuestros, tan familiares. Sencillamente porque quiero ayudaros a
comprender que no es lo mismo que un chico o una chica estudie Religión en la
escuela a que no lo haga. Si la
Religión está en la escuela es porque es un derecho y un bien
vuestro y de vuestros hijos el recibir una educación completa, en la que no
falte ningún saber y, sobre todo, en la que no falte el saber que unifica a
todos los demás, según la visión del mundo que tiene un cristiano. En ella, el
conocimiento religioso es necesario para comprender el mundo y su cultura y,
sobre todo, la verdad y la dignidad de la vida de los seres humanos.
Para situar bien en su inteligencia los muchos saberes que esos
maravillosos profesionales, que son los maestros, les enseñan, el saber
religioso es fundamental en la educación de vuestros hijos. Sin la Religión no sabríamos
interpretar muchas de las cosas que vamos conociendo y no sabríamos
relacionarlas entre sí, como por ejemplo la historia, el arte, las costumbres,
la cultura, a las leyes, etc. En Andalucía sería imposible conocer bien nuestra
historia y nuestro día a día social, cultural y religioso sin la interpretación
que nos da la Religión.
Es por eso que siento la responsabilidad de pediros que no os descuidéis:
los padres, hasta los 12 años, habréis de apuntar a vuestros hijos; los hijos,
a partir de los 13 hasta los 17, habréis de pedirle a vuestros padres la clase
de Religión. La clase de Religión es necesaria e importante. Es posible que
alguien os diga lo contrario y se le quita importancia a lo que es tan necesario
para nosotros; otros os dirán que es una asignatura innecesaria o de poca
calidad. Esto lo dicen los que, para rebajar el valor de la Religión y restarle
espacio en la escuela, proponen peleas entre las asignaturas y pretenden
rebajar las horas de Religión para darle más tiempo a otras, como se ha hecho
en las últimas reformas educativas. No entremos en este juego, que siempre
tiene la intención de perjudicar a la religión.
Y antes de daros las gracias por escucharme, me gustaría también pediros que
aconsejarais a otros padres cristianos a hacer lo mismo que vosotros. No miréis
en esto cómo sea su matrimonio o cómo esté compuesta su familia; sus hijos
tienen el mismo derecho que los de un matrimonio casado por la Iglesia : recordadles que
aprender Religión en la escuela no puede faltarles a sus hijos e hijas. Muchas
gracias.
Os pido perdón, si consideráis que me he metido donde no me importa, pero,
por el afecto que le tengo a la familia, entiendo que como vuestro obispo tengo
la obligación de ayudaros a comprender ciertas cosas y a cumplir con vuestras
obligaciones.
Con todo mi afecto de Pastor.
+ Amadeo Rodríguez Magro. Obispo de Jaén