El pasado día 24 de septiembre se cumplía el XII aniversario de la consagración de nuestro templo parroquial. Un acontecimiento que, como cada año, nos reúne alrededor del altar, primero para dar gracias a Dios por ello; pero también para recordar y revivir que somos nosotros el "templo de Dios", el Pueblo de Dios, y la Asamblea que ha de ser santa para poder transmitir hoy a todos los que nos rodean el conocimiento de Jesucristo y los valores del Evangelio.
Jornada especial para hablar de la corresponsabilidad laical, de la necesaria colaboración de todos para "construir la Iglesia" desde nuestra Parroquia.
Fue providencial escuchar en el Evangelio del domingo, como dicha también para nosotros, la insistente invitación de Jesús, el "dueño de la viña": "id también vosotros a mi viña...id también vosotros a mi viña", sabiendo que, - así lo recordaba el párroco en la homilía-, en la parcela del mundo donde tú estás, trabajas, y vives, eres el más indicado y tal vez el único testigo de Jesús para dar a conocer el amor de Dios a todos.
El sábado anterior, el día 23, como viene siendo habitual, tuvimos la Asamblea primera del curso para comenzar el curso pastoral 2017-2018. En ella se presentó el Plan Pastoral Diocesano insistiendo sobre todo en las tareas encomendadas a las parroquias y se terminó con un cuestionario sobre la necesaria incidencia de este proyecto diocesano en nuestra programación pastoral parroquial. Momento también de fuerte sentido eclesial y corresponsabilidad.
El domingo, tras la celebración de la Solemnidad de la Dedicación , después de vivir la unión con el Señor en la Eucaristía, la comunidad parroquial compartió un aperitivo haciendo posible también la comunión entre nosotros.
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