En medio de fuertes medidas sanitarias (gel hidroalcohólico, mascarillas, distanciamiento según establece el BOE y limpieza exhaustiva de los bancos y todo objeto o lugar manipulado), en las que ha sido imprescindible e impagable la colaboración de los voluntarios, hemos comenzado a vivir esta "nueva realidad" en nuestra Parroquia.
El pasado fin de semana, hemos celebrado con verdadero deleite una Eucaristía, que teníamos como prohibida, y que hemos recuperado gracias a Dios. Esperemos que no haya vuelta atrás. Participó un número amplio de fieles, aunque no fue necesario abrir el templo de abajo, previsto por si se cubría el aforo en la iglesia nueva.
Nuestros mejores deseos para que podamos seguir viviendo como creyentes en esta difícil coyuntura, sin tener que vernos ya privados del hermoso regalo que supone la Eucaristía de cada día del Señor.