El pasado fin de semana, días 28 y 29 de septiembre, celebramos en nuestra parroquia el XIX aniversario de la consagración de nuestro templo. Un día para agradecer a Dios no sólo el poder disponer de un lugar digno donde celebrar la Eucaristía y demás actividades parroquiales, sino, sobre todo porque supuso y supone sentirnos como pueblo santo de Dios, reunido alrededor de la mesa eucarística. Ese altar consagrado en el que Cristo se hace Pan y Vino Sagrado y esos muros ungidos que alumbran las velas encendidas, nos recuerdan que somos una porción de ese Pueblo Santo de Dios, pueblo sacerdotal y profético que tiene como tarea dar a conocer todo lo que Dios ha hecho por nosotros, en y a través de nosotros.
Como cada año, nos reunimos en asamblea el sábado por la tarde para presentar las líneas pastorales del curso y el domingo la Solemne Misa de la Dedicación en la que, junto a los sacerdotes de la parroquia, D. José Antonio y D. Andrés, asistieron al altar nuestros dos seminaristas: Guillermo y Alberto.
Finalizó la jornada con un ágape fraterno en el patio de la parroquia.
